Estoy a nueve amaneceres de distancia
del umbral de una puerta que, cuando era adolescente
soñaba cruzar, soñaba descubrir lo que habia tras esa puerta
Hoy tengo miedo
Peor aún cuando veo a la bruja, que me sonríe, tentadora, del otro lado, con una caja abierta en sus manos, diciéndome que es un "regalo" para mí
Yo sé que la caja está vacía, porque la soledad es un vacío
Mis hijos, no estarán al otro lado para abrazarme
Mi esposa no estará allí, para apoyarme
Se que cruzaré solo ese umbral
con mi valija repleta de abrigos que no me cubrirán del frio de la soledad; repleta de remedios contra los males que aquejan a mi cuerpo, pero que no aliviarán el dolor que siento en el alma
Pero, en fín, no puedo escapar a este compromiso
Llegó el día (de aqui a 9 amaneceres) de alojarme en la casa de una bruja llamada Tercera Edad
Enrique Galeano
Oyonnax, 24 de Junio de 2015
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