Hoy es hoy, y
debes vivirla cada instante, cada segundo, con la misma intensidad. Imagina que
tu vida discurre en una playa de blancas arenas, donde, a cada paso, vas dejando
huellas. En la medida de lo posible, has que esas huellas sean imborrables, a
pesar de los embates del agua o el viento.
En esa misma
playa, te cruzarás con miles de vidas, tu mirada se cruzará con las de ellas,
busca darles el brillo del amor de tu mirada, si acaso te cruzas con miradas
furiosas, cálmalas con una mirada serena y segura; a veces indiferentes, trata
de conquistarlas; si las vieras tristes, transmíteles fe; si las vieras
ansiosas, diles, con la mirada, que hay esperanzas y que no tenga prisas por
llegar, que disfrute del viaje. Si vieras miradas alegres, comparte con ellas y
cárgate de esa energía.
Ayer fue ayer,
pero no olvides que, parte de la gracia de vivir hoy, se debe al ayer, se
agradecido por ello. Pensando en eso mismo, prepárate para el mañana, pero sin
ansias de apuro.
En ese viaje,
busca llevar un equipaje leve, apenas lo esencial: Fe, Coraje, Esperanza y
Solidaridad; con ese bagaje estarás abrigado, no importa con que temperatura te
encuentres a lo largo del viaje, pues la fe te hará encontrar el calor humano
que necesitas, el coraje te ayudará a descubrirla, por más escondida que esté
en el alma de tus semejantes; la esperanza será tu aliada para que tus pies
nunca desistan del camino elegido y la solidaridad te pondrá en contacto con lo
más maravilloso que hay dentro del ser humano.
Enrique Galeano
Oyonnax, 2 de Enero de 2016
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